Pensando en español

Hoy, caminando hacia Prospect Park, he visto una mujer con un vaso de cartón. Se estaba tomando un café para llevar (lo primero que he pensado es que estaba pidiendo dinero). Después en un paso de cebra en una calle de por aquí, un señor me dice: "Good morning, lady" (lo cual me ha encantado, mucho, igual que sorprendido). Y después he visto a una mujer hablando sola por la calle (y aquí he pensado que esto igual aquí no es tan raro como en España).
Conecto con una sensación que me encanta: la de pasar por primera vez por un sitio, estar por primera vez en un lugar, pisar por primera vez una calle. Me encanta lo que me sorprendo con esto.
Las calles, la gente, los barrios, son diferentes donde está el albergue y en la zona de Prospect Park, más comercial, donde hay un Macy's. Aquí conecto con el primer sentimiento que he tenido nada más salir a la calle hoy: "joder, qué frío", y he entrado a comprarme unos vaqueros, unas medias y unos leggins, que nunca he llevado, así que aquí voy a hacer algunas cosas nuevas. Me ha costado un rato, la verdad. Entre que no sé cuál es mi talla en inglés (ni en español) y mi gomaespuminglish, pues me ha llevado lo mío. Lo primero ha sido recoger un descuento que hacen a los guiris en el Customer Service. Una dependienta ha llamado a otra que sabía español y me ha acompañado, contándome que estudió en Toledo, que estuvo en el carnaval de Cádiz y que "viva Spain". Después me he ido a Prospect Park. Desde que llegué ayer tenía muchas ganas de venir aquí. Ha sido muy relajante:

Después de comer y estar un rato leyendo sigo el camino, buscando un baño, lo cual también me ha costado. No sé si es de escuchar tanto inglés o de no pensar tanto en español, que cuando los he encontrado, me he descubierto pensando: "Oh, my God". Y hoy me he cerciorado de otra antihabilidad mía: ni con mapa me oriento, jajaja. He dado unas vueltas increíbles buscando una parada de metro de la linea azul... y al final me he ido a otra (OMG!). Así es.
He vuelto al albergue, me he comprado la cena en el mismo deli dominicano de ayer, aunque hoy había uno arrodillado en el suelo rezando, así que ya no sé. Ayer tenía dos compañeras de habitación, que se han ido hoy. Al llegar he visto otra maleta, he pensado en español de nuevo: otra compañera de habitación. No, resulta que es un francés morenaso. Yo había reservado por internet una habitación doble femenina. Y me da que esto aquí, no es raro, como lo de hablar solo/a por la calle. Ni raro, ni normal, ocurre, es.